28 de julio de 2013

Ayer Abraham no tenia muchas ganas de hablar conmigo.
Le estuvo preguntando cosas pero nada, pasaba de mi. Lo único que hizo fue enseñarme el coche que le compré (que aun sigue en perfecto estado) y decirme que no llevaba zapatos. No se porqué pero lleva tres semanas hablándome de zapatos, que si llevo zapatos, que si hoy no... Y no porque no tenga zapatos, que tiene varios pares, sino porque le deben gustar (Según J es que es muy presumido)
Pero vamos, que salvo eso no quiso saber nada. Ni despedirse siquiera. Imagino que también debe ser aburrido para un niño tan pequeño eso de ponerse todos los sábados a hablar con una señora que hace tiempo que no ves, pero que dicen que es tu madre mientras tus "hermanos" comer gelatina. Vamos, que lo entiendo
Eso si, estaba en la casa también la nieta de N, una niña un mes mas pequeña que Abraham, así que por fin, después de dos meses pude hablar con ella (ella si que tenia ganas). La niña esa es supermajica y simpática
En fin, la semana que viene más.
Mi expediente aun sigue en el IHNFA, con suerte me lo firmaban el viernes. Esto es desesperante

1 comentario:

  1. Jeje es que los nenes tienen que flipar con las tecnologías.
    Qué chulo que le gusten los zapatos. Seguro que lo vas a tener dos horas delante del espejo viendo qué se pone para ir al cole :)

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