30 de agosto de 2011

Sobre la otra madre

A raíz de las ultimas noticias acerca de la posible reducción de plazos de espera para la asignación de Abraham, la gente, ya mentalizada con la idea, empieza preguntarme sobre distintos temas acerca de la adopción y mis planteamientos sobre la misma, me preguntan sobre se le cambiaré el nombre, sobre si le diré si es adoptado y cuando lo haré...
Y quería dedicar la entrada de hoy a este ultimo tema, que es uno de los más importantes, según mi opinión, en esta maternidad que es la adoptiva y sobre la cual me queda mucho por aprender- Cuando hablo sobre Abraham y su otra madre, la de la tripa, mucha gente me pregunta si le voy a decir desde un principio que es adoptado y yo les contesto que no es algo que haya dudado nunca jamás en mi vida. Que no hizo falta que me dijeran en el curso que era su derecho y que la mentira solo podía acarrear problemas, la verdad sobre su historia es algo que tengo claro le contaré desde el principio.
No hay que esperar a que el niño te pregunte porque es de otro color, porque no se parece a mi, si estuvo dentro de tu tripa... o esperar a que el niño se enteré por los demás, nooo. Se tiene que abordar desde el día 1, como algo natural. El niño tiene que ver que tu respetas sus orígenes, que estas abierto a hablar del tema y de sus sentimientos sobre ello y que tiene en ti todo el apoyo y la comprensión que necesita. Esto solo se consigue con la verdad, siendo sincero en todo momento y contando la historia de una manera adaptada a su edad o curiosidad.
Con eso quiero decir que tampoco es bueno soltarle el rollo al niño quiera o no, pregunte o no, sino que sepa que tu estas allí en cualquier momento para escucharle y apoyarle
Y como dice una amiga mía (y futura mamá adoptante) lo más importante para todo eso se resumen en una palabra: EMPATIA.
Y sobre todo eso también es importante la figura de la otra madre. He leído muchas opiniones al respecto sobre cómo llamar a esa señora que le llevo en el vientre, yo aun no sé cómo la llamaré, lo que si se es, que, independientemente del cómo y porque, de si se viera obligada o no a dar a su hijo en adopción, le dio la vida y lo llevo en la tripa durante 9 meses y gracias a ella tengo un hijo.
No es bueno idealizarla, pero tampoco culparla haya hecho lo que haya hecho, ya que el niño tendrá un sentimiento bueno o malo hacia ella, pero será suyo y de nadie más.
Hay un poema muy bonito, quizá muy idealizador, pero es tan precioso (tanto la poesía, como las ilustraciones que son de Josée Masee) que no me puedo resistir a ponerlo. Muchos lo conoceréis, es de un libro que se llama “Mi madre” y lo puedes encontrar en las tiendas de Intermon.

Había una vez dos mujeres que no se conocían,
de una a lo mejor no te acuerdas, a la otra llamas mamá.
Dos amores diferentes que se cruzaron para crearte,
uno se convirtió en tu guía, el otro en tu sol
El primero te dio la vida,
el segundo te enseña a vivirla.
El primero te dio la necesidad de ser querido/a
y el segundo estaba y está ahí, para quererte.
Uno te dio la nacionalidad, el otro te dio un nombre.
Uno te dio las semillas del talento, el otro te dio el alma
Uno te dio sentimientos, el otro calma tus miedos,
Uno vio tu primera dulce sonrisa,
el otro te seca las lágrimas.
Uno te dio libremente, era todo lo que podía hacer,
el otro te buscaba y te encontró.
Y hoy tú, entre lágrimas, me haces la misma pregunta
¿De cual de los dos amores soy?
De ambos cariño, de ambos,
tan solo son formas diferentes de amor


¿Bonito no? No puedo evitar llorar cada vez que lo leo.


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